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Entré en una librería hace unos días y estaba revisando los estantes cuando mi vista chocó con algunos tomos de las Obras Completas de Vladimir Ilich Lenin. Tomé uno en mis manos rápidamente y me sonreí. Lo hice como aquel que encuentra un libro hace rato añorado y tropieza de pronto con él, pero realmente lo hice como quien encuentra un objeto que lo remite a un pasado feliz y entonces lo revive mentalmente. El tomo era el número 53, lo abrí en cualquier lugar, pasé sus hojas, me sonreí y lo llevé al estante otra vez. Tengo que contar esto en mi blog, me dije.
Yo era estudiante universitario cuando aquello. Fueron tiempos de mucha rivalidad entre tres equipos de nuestro deporte nacional que tenían en aquel momento grande figuras. Estaba Santiago de Cuba con Pacheco, Kindelán, Pierre y el zurdo Fausto Álvarez. Los Leones de Industriales con Vargas, Javier y la combinación increíble de Germán y Padilla, con el Duke Hernández como primera figura de su staff de lanzadores. Villa Clara contaba con veteranos como Víctor Mesa, Amado Zamora, Acebey, Machado y Eddy Rojas y figuras jóvenes como Paret, Jorge Luis Toca, Jorge Diaz y Ángel López. Nuestro primer lanzador era uno de los mejores de Cuba: Rolando Arrojo. Dirigía nuestro equipo el estelar extorpedero Pedro Jova. Fueron años de play off muy disputados donde al final Villa Clara fue campeón tres veces consecutivas, en los años del 93 al 95. El nivel era muy alto en comparación con el actual. No recuerdo exactamente en cuál de las tres comenzó esta anécdota, pero sé que fuimos juntos al estadio desde la primera serie que se ganó. Quizás ahí fuimos madurando ya algunas de estas cosas que ahora contaré.
Resulta que influenciados por el fútbol, se nos empezaron a ocurrir iniciativas y una eran los confetis. Así le decíamos a los papelitos que generalmente se ven en Latinoamérica volando por miles entre la multitud. Buscamos papel, cortamos unos confetis, y nos fuimos muy alegres para el estadio. Eran tres o cuatro jabitas plásticas, lo que en Cuba todo el mundo conoce por javitas de shopping, llenas de papeles picaditos, más o menos de 2 x 1 centímetros. Nosotros éramos 5 ó 6 amigos. En el primer inning, nuestro equipo embasa jugadores y cogimos cada uno un puñado de papelitos, expectantes. ¡Pam! ¡Tabla a los jardines! ¡Entraron dos carreras! ¡Tiramos papelitos! ¡Tremenda locura! Resultado: nos quedamos sin papelitos en el mismo primer inning. Era muy poco. Fuimos ampliando esa cantidad progresivamente hasta llegar a sacos de papelitos. Digo la verdad: sacos de nylon blanco de arroz llenos de papelitos picados. Lo picábamos todo, cualquier cosa de nuestras casas, revistas, periódicos, todo lo que encontráramos y pudiésemos donar por el bien de nuestro pasatiempo beisbolero. Ya para ese momento sabíamos que los papelitos se veían desde todo el estadio y la gente empezó a conocernos.
Hubo un punto en que se nos hizo difícil picar sacos de papelitos para todos los juegos, además, había mucha rivalidad y Villa Clara tenía que batirse duro con Santiago para hacerlo después con Pinar o Industriales. Eran muchos partidos. No teníamos ni tiempo ni material para picar. Alguien propuso una idea ecologista: ¡reciclar los papelitos! Al finalizar los juegos, nos quedábamos en el estadio y recogíamos lo que se podía recoger, no era mucho, pero era algo. Nos fuimos haciendo famosos en la grada y llevábamos además de los papelitos, carteles y muñecos y nos pintábamos la cara de anaranjado, el color de nuestro equipo. Llegó a tal punto la confianza con los que nos rodeaban que una vez conseguimos en la facultad un pomo de acrílico anaranjado y uno de nosotros se paró en la puerta del estadio que daba a nuestra grada y a cada persona que entraba le pintaba dos líneas debajo de cada ojo. En medio del juego veías a alguien lejísimo que viraba la cara y tenía las líneas de nuestro acrílico. Y sucedía también que se acercaba un aficionado entre la gente, de bien lejos, para pintarse la cara con nosotros. Aquí quisiera acotar que en nuestra Serie Nacional de pelota hay pocos equipos con colores tradicionales que hayan perdurado en el tiempo y ninguno tiene uno tan particular como el Villa Clara: anaranjado. Los demás son colores digamos “lógicos”: azules, rojos, verdes. Pero ninguno como el nuestro.
Volviendo al tema. Quizás la muestra más real de a dónde llegó nuestra empatía con la gente es que hubo un momento en que lanzábamos los papelitos en un momento emotivo del juego y cuando las cosas se calmaban, uno de los nuestros se ponía de pie y gritaba: ¡A recoger papelitos! Y la gente de gradas más abajo los recogían, hacían una cadena y nos los retornaban de mano en mano y estos llegaban otra vez a nosotros para ser lanzados nuevamente. Esto ayudó mucho en nuestra empresa de disponer siempre de una reserva de papelitos. Para mí aquello ya fue el colmo. Les hablo de un estadio absolutamente repleto, con los pasillos llenos con gente que veía los juegos de pie y en las gradas estabas muy apretado a la gente de tus lados pues aquello no daba más, y la gente se ponía de pie y en medio de tan poco espacio se agachaban para recoger los papelitos y luego pasarlos de mano en mano hacia arriba para que nosotros los lanzáramos otra vez. No sé si logre transmitir al contarlo toda la alegría y la simpatía de momentos como estos, temo no poder hacerlo pero realmente quiero escribir sobre aquellos años pues fueron momentos muy felices a pesar que Cuba vivía una dura crisis económica.
Un día, de regreso de la facultad a la parada de la guagua, uno de nosotros quiso orinar y se metió en unas aulas media en ruinas que estaban al lado del camino. Estábamos esperándolo cuando nos llamó porque había encontrado algo interesante. Había empujado una puerta de aquellas aulas y se había encontrado con que casi la mitad de ella estaba llena de libros de las Obras Completas de Lenin. ¡Eran montañas de libros! Aquellas aulas estaban, como dije ya, cerca del camino que llevaba a la parada de la guagua y estaban dentro de unos árboles, en un área verde abandonada, con techos destruidos y carpintería desaparecida, pero nunca nos había dado por mirar dentro. Al parecer, fueron alguna vez un antiguo almacén que quedó en desuso. Pues todos los días, al regreso, los seis llegábamos al almacén y llenábamos los maletines de libros de Lenin y partíamos además para la parada cada uno con un ladrillo de aquello en las manos. Imagínense el cuadro de seis tipos, por una acera estrecha, en fila india, llegando a una parada de guagua, generalmente llena de gente. Y eso era diariamente y muchas veces coincidíamos con las mismas personas y nosotros allí, “metiendo pa’” cuadro de película surrealista, apareciendo uno detrás del otro con un libro de Vladimir Ilich Lenin en las manos. Los vuelvo a remitir al momento histórico: Cuba de mediados de los años 90, durísima crisis económica, las paradas de la Universidad llenas de personas pues escaseaba notablemente el transporte, días de muchas incertidumbres para todos los cubanos. Había caído la Unión Soviética, el bloqueo estadounidense se arreciaba con las leyes Helms-Burton y Torricelli y en medio de aquel panorama, aparecernos nosotros con aquellos macutos en las manos. Bueno, pues gracias al camarada pudimos continuar con nuestra iniciativa de papelitos en el estadio. Como llegábamos como 6 horas antes, nos llevábamos algunos libros para picarlos allí mismo en las gradas pero ya hechos tiritas, para evitar problemas. Así que toparme en la librería hace unos días atrás con el tomo 53, me hizo remitirme inmediatamente a estos momentos y me disculpan los que vean un sacrilegio en nuestros actos con Lenin y la base material de estudio, no puedo evitar recordar, sonreírme y ser feliz.
Aquella etapa tuvo también un triste final. Uno de mis amigos se llamaba Roberto Alonso. Quizás mi compañero mozambicano de carrera que comenta en mi blog, Novela Albinu, lo recuerde. Era un tipo muy original, muy simpático, de esos que te dicen “parece que va a llover” y te ríes por lo cómico que lo dice. Varias veces él estaba hablando algo serio y nosotros nos reíamos y él preguntaba de qué. Y es que el humor en él era natural y ni él mismo se daba cuenta. Estar en su compañía era reírse todo el tiempo y era una persona muy querida. Por cosas del azar, a Roberto le cayó encima una salida para Estados Unidos que él no esperaba, con toda su familia. Y estuvo con nosotros hasta el último día, compartiendo. Para él fue todo muy confuso pues no esperaba emigrar y de pronto se veía saliendo del país y de un modo bastante inmediato.
En 1995, Villa Clara ganó su tercer campeonato de pelota consecutivo y Roberto estaba a punto de irse ya. Y el final fue en el estadio de tantas alegrías y Roberto no quería moverser de la grada, ya casi todo el mundo se había ido a celebrar afuera, toda esa explosión que sigue a la victoria había pasado y él seguía de pie en la grada, sin caminar.
– Dale, Roberto, vamos – le dijimos.
Nunca olvidaré sus palabras.
– Espérense un momentico, que esto yo no lo voy a volver a ver nunca más – respondió.
Eso fue hace ya 16 años. Tampoco nosotros lo hemos vuelto a ver porque desde que Roberto se fue y mi universidad se terminó, nuestro equipo anaranjado no ha ganado otra Serie Nacional. Tampoco supe nada más de él, sólo que entró por Denver y luego se fue a vivir a Miami. No sé qué tipo de gente será en este momento, ni sé si nos recuerde. Yo siempre digo que es la persona más simpática que he conocido en mi vida y su emigración fue el principio de un fin de años felices de carrera universitaria. El día que Villa Clara sea nuevamente campeón, su recuerdo y el de todos mis amigos estará conmigo en ese estadio pues soy el único que queda en esa grada. Todos los demás, por una u otra razón, ya no están. Incluyendo a Lenin.
ay Julio!!!!!
no puedo decir nada, tengo un nudo en la garganta!!!!!! ay!!!!!!!!!!!
ojalá y no sea de desagrado el nudo… jajaja… vale aclarar que el estadio de la foto es el estadio de los hechos: el augusto césar sandino de santa clara, villa clara, cuba… no quise ampliar mucho sobre roberto, de él quedaron muchas anécdotas que repetíamos como si fuesen chistes cuando ya no estaba con nosotros… ahorita debo salir… pasaré por mi casa y buscaré la cámara para sacarle unas fotos a los libros que todavía están en la librería… quizás la coloque hoy mismo…
cómo va a ser de desagrado?? es de dolor!!!!!!!
comencé riendo, me pareció maravillosa la historia, llena de detalles… el cubanismo! así somos, todo lo disfrutamos a nuestra manera, somos inventivos, optimistas, innovadores, gozadores! ese es el cubano…
además, el que VC no haya ganado más ninguna SN en medio de la historia suena a peli, a drama deportivo, pero en el buen sentido… el que el amigo se haya ido precisamente esa última vez, le da un toque real y sentimental pero delicioso…
además, la historia en si del amigo… sabes que esa parte es touching para mi… me dolió leerlo y ahí comencé a llorar… no he parado aun! 🙂
nunca pensé que nadie pudiese llorar con esta historia, la verdad… es que aunque tuvo un final triste que fue un cierre de un ciclo de la vida que fue la universidad, yo lo recuerdo como una etapa de mucha alegría, mucho compañerismo…. muchas risas y buenos momentos… nosotros hicimos muchas cosas originales en esa grada y nuestros carteles eran muy simpáticos porque eran caricaturas… las hacía un socio que era un genio en eso pero las ideas eran de todos… si me pongo a contar sería muy largo pero recordarlo es muy alegre para mí, fui muy feliz, era muy feliz en esos años…
cada cual se identifica con algo especifico de lo que lee… a mi me toco por las memorias y añoranzas, por todo lo que no he vuelto a ver, a tener, a hacer…
fijate que no me conmovio el deporte pues la pelota no me interesa mucho, pero la historia, el compañerismo, la camaraderia, el divertimento, la inventiva si llegaron a mi…
no te sientas mal, te dije que tambien rei…
tienes esto abandonado! ya casi puedo ver hierba mala creciendo por doquier 😉
mira que tú eres alborotadora, chiquita!… en enero he seguido publicando martes y jueves, como lo hice en noviembre y diciembre… de dónde tú sacas que tengo esto abandonado?…
de que vengo y te comento y ni me respondes… además, publico en mi blog y nada dices… no soy alborotadora, soy celosa, mimada, malcriada, exigente y acaparadora, jajaja! pero así me quieres, o no?
ps: ya estoy odiando el chat ese que te aleja de mi xo
Viví cada palabra de este post porque siempre me he creido villaclareña aunque nací en San Antonio de los Baños en provincia La habana, -que nunca ha tenido identidad-. Mi padre y su familia toda son de Santa Clara y durante toda mi vida he pasado largas estancias allí, sobre el beísbol mi equipo siempre ha sido el villaclareño y mi color el naranja. Y me gustó tanto el post porque retrata el espíritu de los de esa tierra, yo no creo que ningún otro cubano sea como los villaclareños, estas anécdotas del estadio se hacen extensivas en todo los aspectos de la vida, son gente noblísima, educada hasta decir no más, diferentes por completo a los capitalinos por ejemplo y me refiero a las personas como ser social, como grupo. no las individualidades que deben existir….
Yo he visto la parada de la 3 en la Universidad jeje, es azul ahora si mal no recuerdo y de verdad que me imagino al detalle a los jóvenes misterioros reinventando el socialismo en pleno período especial jajajja…. que extremadamente delicioso es leerte camarero
gracias maite… tú eres una profesional de la palabra así que tus bondadosas palabras hacia el leerme son para mí muy estimadas… si me pongo a hablar de mi año de carrera y de su gente haría 5 o 6 post y me quedaría corto!… era un año de 60 y tantos varones y 5 ó 6 hembras… la jodedera estaba al día pero era una jodedera MUY original… era gente MUY creativa a la hora de bromear… entre los carteles había uno decía debajo: TRIGUORA; AMARILLO y se refería al manager azul… debo aclarar que en eso años que VCL fue campeón tres veces, industriales, santiago y pinar estaban con toda su banda… y jugaban bien!… así que triguora y su tropa no tenían nada de amarillos!… pero todo era una gran broma: el tipo estaba pintado con una gorra de los industriales y un uniforme de amarillo de puntos de recogida, con una tablilla bajo el brazo y todo… es lo hacía un socio que dibuja con tremendo talento, se parecen a los de martinera el de melaíto… cuando sacábamos ese cartel la gente se reía mucho…
gracias por tus palabras para nuestra gente… creo que una muestra de eso que dices es que lázaro vargas, el hoy manager de industriales, cuando la serie que ganó industriales espectacularmente aquí hace dos años ganando los juegos 6 y 7, estuvo esos días en la ciudad, vestido de azul y rodeado de aficionados en el parque vidal y cuando iba para telecubanacán la gente lo acompañaba y ni una ofensa, ni un mal gesto, ni un desprecio y eran cientos y cientos de personas además enardecidas por el posible triunfo… julia osendi sí tuvo un hecho desagradable, muy desagradable con el público de villa clara, hecho que no apruebo y es señalable, pero es cierto que todo el mundo cosecha aquello que siembra… vargas en los play off aparecía en la cmwh en el 5to inning comentando los juegos con taladrid que cuando hay play off viene y se suma al equipo de la cmhw y lo que hacen es locuras con la gente en el estadio, pues la gente lleva radios y lo escucha y taladrid hace radio que intercatúa en vivo con la gente… y la gente le pide a taladrid a vargas en el 5to inning, como en todos los play off… cuando supe que vargas era el manager de los industriales, lamenté mucho que ya no pueda estar dentro de la narración del juego… ojalá y taladrid cuadre con otro azul!… javier pudiera ser…
Cuando te leo peinsomucho en mi hermana que ahora mismo está estudiando en la CUJAE arquitectura, jejeje en el caso de ella hay más niñas (muchachas digo, porque ella para nosotros en la familia seguirá siendo la bebé). Ella comparte muchas cosas contigo es super ocurrente, le encanta la arquitectura y tambien escribe muy bien.
Embúllate y escribe algunos post de la Universidad.
A mi me encantó la marta Abreu cuando fui a visitar a los antiguos compañeros de aula d emi amiga Liz que decidió emigrar para al UH, alli nos quedamos en el 900 (formely 1800) jejeje. Almorzamos en el comedor qué decir.. idéntico al de todas las becas y lo mejor fue que pudimos disfrutar de dos días de festival de cultura qué nivel como me gustaron…. uy ya no escribo más que tengo nostalgia
he estado pensando en escribir algo sobre la universidad… la marta abreu de las villas es una de las universidades más bonitas de cuba, con una arquitectura hermosa y poco común, con un campus que es casi un jardín botánico por la variedad de especies que tiene… ya estuve pensando en escribir algo más sobre ese tiempo y sobre la misma universidad, precisamente hay una anécdota muy simpática y ocurrente que tiene cierta conexión con esta porque tiene que ver con carteles y con las chicas del 900… es que las mujeres en etapa universitaria provocan que uno haga cualquier cosa!… el problema es que queda lejos de santa clara, ir a la universidad es IR a la universidad, es coger un día para eso,lo digo porque me gustaría hacer algunas fotos…
Villa Clara siempre me ha picado cerca, mi papá es de los naranjas.
Las discusiones (amistosas) siempre estaban entre nosotros cuando los azules y los anaranjados 😉 jugaban juntos.
Te imagino en el estadio, gritando como un loco y viviendo el juego… me hubiese encantado estar a tu lado y ayudarte a recoger los papelitos (aunque con dos rayas azules en el rostro).
me hubiese encantado que hubieses estado a mi lado recogiendo papelitos… y las rayitas me daba lo mismo si eran azules, naranjas, verdes, amarillas, negras, rojas… (esto me va a costar caro!)…
Prepárate para los comentarios naranja-oscuro que te van a llegar 🙂
así es Mar, que le concedas tu presencia no quiere decir que vayas a traicionar tus orígenes.
AZULES!!!!!!!!!!
izma, el mar es azul… o no?…
si, el Mar de ella y el que me aleja de ti… ese es AZUL… y el sol NARANJA. Creo que todos podemos ser felices 🙂
No te preocupes Izma… azul 100%
Hola, primero gracias por llegarte a la mariposa.
Fue muy agradable descubrir este blog. Me gusta mucho la pelota, esta historia está genial, y en secreto… aunque soy camagüeyana me encantan los naranjas…
a mí me encanta tu ciudad y el agua de tinajón!… una vez tomé de un tinajón del siglo XIX en la misma camagüey, en una casa de familia donde increíblemente todavía tenía uso… eran un verdadero tesoro familiar… dicen que eso tiene su efecto, pero en mí, parece que no llegó a funcionar, lamentablemente!…
la mariposa blanca es mi flor preferida, tengo sembradas al pie de mi ventana y cuando florecen prohibo que las corten, me gustan en la planta… descubrí tu blog pero no lo he leído aún, porque los leo completos… también fue agradable descubrir el tuyo, lo tengo reservado para disfrutarlo completo, claro, me mantendré al día de ahora en adelante!… gracias por visitar el café!…
Nunca es tarde para descubrir un post, ¿verdad? También he ido a gritar muchas veces al Sandino. recuerdo una vez cuando estábamos en el pre (Vocacional) que nos llevaron y estábamos vestidos de uniforme azul. Aque día jugaba VC con IND y nosotros decíamos que tendríamos que sentarnos mostrando el monograma del brazo izquierdo, porque era lo único naranja que teníamos.
Estas historias de estadios siempre resultan conmovedoras…a fin de cuentas, ¿quién no disfruta los juegos de pelota?
está bueno eso del uniforme azul con el logo anaranjado!… a mí me gusta el juego en el estadio por todo lo que se ve y se oye que no se disfruta en un juego en tv… pero tengo un problema: me gusta el estadio de noche!… y las últimas series se ha jugado de día!…
revisando y revisando qué encuentro?? un excelente post al que no habían tenido acceso mis ojos…lágrimas aquí! tú sabes! y no puedo dejar de comentarlo porque ya conocía la historia pero no con tantos detalles…recuerdas que te pregunté por qué el título? y me dijiste, ah! no! tienes que leerlo! jajaja pues muy bien concebido el título mi vida, es verdad que ‘Lenin va al estadio’…y esta historia que cuentas fue hace ya 18 años y hoy Villa Clara vuelve a ser campeón después de 18 años… y saliste disparado de la casa para el estadio cuando Pestano dio jonrón con las bases llenas, y allí entre la multitud que colmaba al Sandino volviste sobre los mismos pasos…y no digo más porque QUIERO LEERTE AMOR, AQUÍ EN ESTE CAFÉ. muchos besos míos perfumados de jazmín para ti…
te adelantaste!… es verdad que te había dicho algo pero no habías leído el post de lenin y te adelantaste a este que salió donde pongo la foto de una de las casitas que quedan en pie del viejo almacén… ya tú sabías un poco de todo, te faltaba completar… besos para ti…
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