Práctica supersticiosa con la cual se pretende neutralizar el daño ocasionado (tabú verbal) por la mención de lo que nos es caro: “Todos mis hijos están bien… déjame tocar madera.” Es usanza bien conocida en Cuba, como ya atestiguara Menéndez Villoch. (1) Consúltese también a Seoane. (2)
Hasta tal punto se ha extendido dicha costumbre que la Iglesia tuvo que pronunciarse expresamente contra ella. (3)
Jaramillo dejó constancia de la vigencia de este uso en Colombia. (4)
// Algunos – los menos-, en Cuba, “tocan hierro”, como también se hace en España. (5)
Tomado de:
Uno y el mismo. Notas de folklore cubano, con especial atención a sus puntos de contacto con el folklore de otros pueblos. Argelio Santiesteban. Ediciones UNIÓN. Cuba. 2013
(1) MENÉNDEZ VILLOCH: La ignorancia, Editorial Mundo Masónico, La Habana, 1959, p.9
(2) SEOANE, JOSÉ: El folklore médico de Cuba, Ciencias Sociales, La Habana, 1984, p.39
(3) PARETO, VILFREDO: The Mind and Society, Harcourt, Brace and Co., New York, 1942, t.2, p.571
(4) JARAMILLO LONDOÑO, AGUSTÍN: Testamento del paisa, Editorial Bedout, Medellín, 1967, p.252
(5) FRAZER, SIR JAMES GEORGE: La rama dorada, 2t, Ciencias Sociales, La Habana, 1972, nota en p.269 y 547