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BlogosferaCuba

De antemano sabía que el Encuentro de Blogueros del Centro Memorial Martin Luther King Jr (CMMLK) entre el 5 y 7 de julio en La Habana sería un encuentro que marcaría pautas. Me perdí la subida al Turquino por desinformación, participé en El Nicho como el nuevo integrante y decliné la Ciénaga de Zapata por problemas familiares. Esta cita era distinta porque no era una excursión, donde siempre se habla de la blogosfera, nuestros problemas o los de la nación pero no de forma colectiva sino más bien aislada pues hay más libertad para la diversidad de temas e intereses en un permisible y comprensible fraccionamiento. Esta vez se trataba de volver, después de la primera experiencia en Matanzas, a sentarnos a dialogar sobre este denominador común que son los blogs y aquellos que los mantienen. Agradezco la invitación a quienes no tenemos un sitio de análisis de la sociedad cubana y tampoco esa condición común que une a muchos de los blogueros allí reunidos: la profesión de periodista, que todavía lucha en la Cuba de hoy por ser como esa imagen que alguien alguna vez dibujó sobre Dulce María Loynaz, con una rosa en una mano y un látigo en la otra. Gente como yo tiene inclusión en viajes y acampadas pero en ocasiones resultamos cuestionados en valor de opinión por el carácter diferente de nuestro espacio personal.

Nos quedaron de estos días muchas páginas reconfortantes que creo son comunes. El ver otra vez amigos conocidos, sentir el abrazo sincero, el beso o la mirada tierna de tantas bellas mujeres que por suerte nos acogen y moderan. Ver por primera vez a quienes lees con dedicación o esporádicamente pero lees; que alguien te diga que te sigue aunque nunca te comente y entonces eres tú el que sale al mundo para el otro; descubrir nuevas personas y anotar direcciones en la web para hacer el proceso contrario: ir del imperfecto ser humano a su expresión en letras.

Los invitados de viernes y sábado dejaron ver que estaban allí porque querían compartir e intercambiar. Y más allá de gente de prestigio ganado y no regalado, deseaban estar y eso es un reconocimiento a la blogosfera cubana y a la seriedad de su trabajo que empieza a ser entendido y aceptado. Es una lástima que tenga el enemigo político e ideológico que poner la mira de su interés sobre nosotros para que luego se mueva el de los tomadores de estrategias y decisiones que nos ven como un problema por ser jóvenes y tener un espíritu crítico sobre lo que nos rodea. Al final, la honestidad a la hora de decir es la mejor arma contra la suspicacia porque desarma hipócritas y oportunistas. Querramos o no, necesitamos el apoyo y el trabajo conjunto para poder ser eso que René González pedía o exhortaba que fuésemos. Si bien casi todos los blogueros son “naturales” en el mundo de las nuevas tecnologías de la información y la informatización nuestros dirigentes –y sigo usando los términos que aplicó Rosa Miriam Elizalde en su exposición- forman parte de los “inmigrantes” y esa es una barrera a romper en cuanto al comprometimiento y sensibilidad por parte del poder con un tema con el que tienen poca o ninguna relación, sin embargo lo regulan y controlan, a veces directamente –con diversidad de intereses- y otras de modo que coquetea más con el desconocimiento, la ingenuidad o la estupidez.

Así que por cualquier derrotero que hayamos tenido que andar, este ha llegado a ser lo suficientemente productivo como para que René González, Edmundo García, Alarcón, José Pertierra, Willie Toledo, Rosa Miriam, Iroel y Paquito quisieran intercambiar con nosotros. Es verdad que los tres últimos ya están más cerca en cuanto a familiarización con el universo digital pero muy bien podrían no haber asistido pues su trabajo es muy superior al de la mayoría de sus oyentes. A mi modo de ver, ese es un gran éxito que pudimos palpar todos de primera mano: que ellos se interesaran realmente y que el escenario fuera el CMMLK dirigido por Raúl Suárez que tanto esfuerzo hace por el trabajo de la comunidad en su conjunto, en favor de la participación, el ecumenismo y la pluralidad. Cuba se transforma y a veces sucede de modo que no lo vemos o no lo sentimos o no nos detenemos a pensarlo.

En un instante de resumen, y lo revelo para que ellos también se rían, alguien dijo que nunca había visto un panel tan balanceado con Iroel en una punta, Edmundo García en el centro y Paquito el de Cuba en la otra. Y la broma tan acertada califica acertadamente lo que vivimos. En un lugar revolucionariamente cristiano nos reunimos personas que comparten como interés común el tener un blog, un lugar donde verter ideas que muchas veces resuenan y no con la música que algunos quieren oír. Me consta, porque fui partícipe de ello, que uno puede quedarse desvelado analizando la Cuba que queremos desde posiciones divergentes no en su esencia, pero divergentes al final. Allí estuvo hablando para nosotros un reverendo, un cubano emigrado, una víctima de la Operación Peter Pan que hoy es abogado en los Estados Unidos, un español que decide hacer de nuestro país su residencia, un activista del movimiento LGBT, un expresidente de la Asamblea Nacional y todo eso, repito, en un lugar cuyos cimientos, muros y espíritu es profundamente cristiano.

Pienso que la actividad de los blogueros cubanos ha posibilitado que momentos tan impensables hace pocos años atrás puedan ser una realidad y es obvio que no lo digo desde el punto de vista organizativo o de coordinación sino desde el punto de vista de la sensibilidad, de la espiritualidad, del pensamiento e incluso desde la intelectualidad. Los cubanos hemos ganado en cultura del debate, del respeto y de la controversia y lo que alguna vez estuvo en nuestro blog, alguien lo imprimió y paso de boca a corazón a acción entre la gente. Una reflexión o análisis que hemos hecho, una canción que hemos posteado, un poema de amor, un desamor, nuestra familia o el último encabronamiento que compartimos a algún lugar y de alguna manera está llegando sino cosas así no sucedieran.