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El Café de Nicanor

~ -en la mesa más redonda-

El Café de Nicanor

Archivos de etiqueta: jazmín

Volver a vernos

27 domingo Nov 2016

Posted by camarero in un jazmín en el café

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amistad, amor, caballo, instinto salvaje, jazmín, jorocón, ternura

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A caballo mi beso / a caballo de la primavera

Silvio Rodríguez

Eran tres o cuatro hembras preñadas casi al mismo tiempo. Una de ellas, particularmente hermosa, se distinguía fácilmente por una singular mancha en su pecho que, a los ojos de todos, simulaba un par de alas. Era una sangre fría que había sido montada por un sangre caliente, se esperaba entonces una cría tranquila y dócil como su madre, ágil y ligera como su padre. Fueron 11 meses de cuidados exclusivos en los que hubo mucha especulación y futuros sueños.

Él resultó ser un sangre tibia por el cruzamiento genético, pero sin dudas, desde su primer contacto con el medio exterior, se acercaba más al comportamiento de su padre. No hubo equilibrio, su temperamento es lo más cercano posible a un sangre caliente, aunque no lo es. Hacía más de dos años que no lo besaba, que no lo acariciaba ni apoyaba mi cabeza en la suya. Más de dos años sin nuestros coqueteos habituales, sin nuestro acicalamiento mutuo y sin sentir su furia entre mis muslos. Meses atrás había estado enfermo y no pude estar a su lado, otros lo atendieron y lo cuidaron por mí. Decían que era tristeza.

Esa mañana estaba decidida a darle y darme la paz que ambos necesitábamos. Me acerqué a sus dominios lentamente. Pensaba en si al verme me reconocería.  Confieso que tuve miedo de que no se acordara de mí al cabo de tanto tiempo sin el más mínimo roce. Los planes eran única y exclusivamente caminar a su lado, respirar el mismo aire, susurrarnos, cruzar nuestras miradas, sentir sus pasos firmes destrozando el suelo bajo sus pisadas. Devolvernos todo, o casi todo, lo que habíamos perdido.

Nos divisamos de lejos. Lo que sentí en mi corazón al verlo sé que fue exactamente lo mismo que él sintió. Su fuerte instinto lo hizo acercarse a mí con la velocidad de un rayo, la distancia que parecía bastante se convirtió en nada en cuestiones de segundos. Por un momento me asusté pues me vi indefensa ante todo su arsenal. Se acercó y se alejó nuevamente a la velocidad de la luz. Lo perdí de vista, mi mirada buscaba ansiosa en la inmensidad pero no alcanzaba a encontrarlo. Llegué a pensar que eso sería todo,  que no volvería hacia mí. De repente y desde otra dirección,  escuché el sonido seco de sus cascos y al voltearme lo vi que se acercaba a toda máquina dejando tras su paso, en el aire, los trozos de pasto arrancados con furia en su potente pisada. ¡Yo sonreía, y él también! Así estuvo un buen rato, no se concentraba, como un bólido iba y volvía. Era, sin dudas, su manera de expresar la felicidad que sentía al verme, la misma que  yo estaba sintiendo y que ambos disfrutábamos a la par, cada uno a su manera. Le hablaba, le decía mi niño, mi rey y él me respondía con relinchos de varios tonos. Me reía a carcajadas. Caminamos juntos durante casi media hora en ese ir y venir suyo, manteniendo por minutos su paso a mi lado y devolviéndome las mismas caricias y gestos de hacía dos años atrás. Me di cuenta que él quería mucho más que eso, pero no me sentía en condiciones para cumplir sus expectativas que, sin dudas, eran muy superiores a las mías.

Al día siguiente, salí a su encuentro brida en mano. Yo sabía que eso era lo que él quería desde el día anterior. En cuanto me vio se acercó, resoplaba muy fuerte y movía a un lado y a otro su cabeza. Sabía lo que yo tenía en la mano, sabía que era para él, adivinaba lo que sucedería en los próximos minutos. Sin la menor resistencia me  dejó colocársela. La brida representa una acción poderosa para él. Pero no sucedió lo que mi amigo esperaba, salí caminando y él detrás de mí, protestando en su lenguaje. Fue increíble verlo y sentirlo molesto porque lo que quería realmente era que yo lo montara. Me sentía insegura, no estaba convencida de poder hacerlo y él me convenció. No paraba de resoplar, me alaba la mano, subía y bajaba la cabeza, relinchaba sin parar. Yo riendo y disfrutando, sabía que él no deseaba pasear tranquilamente, deseaba y necesitaba sentirme en su lomo como antes. No le puse silla, bastó un paño de lana entre su piel y la mía.

Apenas lo coloqué, se quedó quieto, casi inmóvil… ¡fue increíble! Sin embargo, cuando me supo en su lomo fue como si toda la adrenalina del universo se vertiera en su torrente sanguíneo. Pero su marcha, que en un principio fue loca y desenfrenada, se fue volviendo un galope sereno, pausado, que poco a poco se redujo a trote. Ambos nos disfrutamos, nos devolvimos lo que una vez se truncó. Los dos sabíamos, en ese preciso instante, que la vida volvía a ser bien simple y que toda la paz del mundo nos pertenecía con su lomo entre mis piernas.

-*escrito por Jazbell*-

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Quedan atrás tempestades y naufragios / Jazbell

10 lunes Mar 2014

Posted by camarero in me pasó

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abuela, ballet, danza, jazmín, magia, sueños, volar

alicia

Alicia Alonso

Eso pude: eso valgo.
Dulce María Loynaz

Mi ámbito familiar –donde nací y crecí- ha marcado mucho mi tejido espiritual. Mi abuela paterna era Licenciada en Ciencias de la Educación, amante del arte y especialmente del ballet, incesante lectora cuya influencia en mi formación desde muy pequeña fue decisiva y determinante. Mi abuelo paterno, un guajiro de campo que fue alfabetizado con el triunfo de la Revolución Cubana, aún así dueño absoluto de una peculiar inteligencia que maravillaba a todos con su filosofar, con una exclusiva nobleza de alma, labrador sencillo, con muy poca escuela a cuestas pero que vivió dialogando con la naturaleza, bebiendo el vino de la meditación y que templó su espíritu con la exquisita imaginación que tenía, un hombre tan simple como tan grande, es mi paradigma y ejemplo a seguir. Mis padres ambos profesionales, personas sencillas, con una inmensa capacidad para amar. Mi mamá amante de las rosas que cultiva con dedicación en su jardín, mujer sensible, romántica y lectora desde siempre de las novelas de amor de la muy conocida y fallecida escritora española Corín Tellado. En ese ambiente nací, crecí y me formé.

Como les dije al inicio, mi abuela paterna amaba el ballet y me transmitió su amor y su entrega al punto de inducirme por ese camino cuando apenas medía yo unos escasos ochenta centímetros. Todos en casa me rodeaban en pequeñas tertulias nocturnas y yo actuaba como en el más espectacular escenario del mundo, recibiendo de ellos una ovación cerrada y hasta ramos de flores silvestres ponían en mis manitas, que mi abuelo se dedicaba a recoger para mí durante el día. Así de maravillosos fueron mis primeros pasos que más tarde me llevaron a entrar en la Escuela Vocacional de Arte. Me fascina –porque todavía hoy me fascina, me envuelve, me atrae, me atrapa- esa danza en la que el cuerpo levita, vuela, se escapa de lo cotidiano y se convierte en la mágica fórmula para llegar a donde quieras; porque el ballet es eso: MAGIA. Es algo divino e indescriptible que nace en un espectáculo que engloba pintura, poesía, música y danza. Son muy gratos los momentos que recuerdo usando el tutú y las zapatillas, en festivales de la Escuela Vocacional de Arte Raúl Sánchez, en galas y homenajes en el teatro José Jacinto Milanés de mi ciudad, en muchos de los actos provinciales en conmemoración al triunfo de la Revolución.

Así el ballet y yo nos fundimos en un inmenso mundo que hasta hoy disfruto y vivo con cada fibra de mi alma sin embargo, cuando tuve la oportunidad de crecerme profesionalmente con él, lo abandoné.

-*escrito por Jazbell*-

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Con la ternura de los ángeles / Jazbell

18 martes Feb 2014

Posted by camarero in emborronando

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amantes, amor, jazmín, luz, sexo, ternura

amantes

que la vida no vaya más allá de tus brazos…
Dulce María Loynaz

Las miradas cómplices que unas horas antes se habían intercambiado frente a todos y que nadie advirtió, marcaron el deseo. La tenue luz de unas velas iluminaba la habitación y el incienso se gastaba en una excitante fragancia. Los cuerpos desnudos desprendían fuego sobre las blancas sábanas que se resistían a sujetarse sobre el colchón ante cada movimiento. Unas manos surcaban la sedosa piel mientras otras se hundían en el centro del placer. Se ahogaba la respiración de una boca que intentaba devorar mucho más allá de lo alcanzable bebiendo el néctar de la flor. Las miradas se perdían en los ojos del otro entre gemidos que cada vez se volvían más y más sonoros. Se estremecieron los cuerpos vibrando a un mismo compás y por cada poro de la piel salió, como a un golpe de luz, la vida.

-*escrito por Jazbell*-

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Es el tiempo de SER que se escapa / Jazbell

04 martes Feb 2014

Posted by camarero in pequeñas r(i)flexiones

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jazmín, sentido de la vida, ser, vida, vivir

mariposa

no apagues el candil, o la nieve te hunde en el centro del dolor…
Raúl Torres

Por razones que no vienen al caso, llevo días pensando en lo poco que se nos da para vivir.  Leo y releo el poema No te salves, del poeta y escritor uruguayo Mario Benedetti y de un tirón me levanto de la cama.

Vienen a mi mente los que creen que tienen todo el tiempo del mundo y ese es el peor de todos los desaciertos del ser humano. Ocupamos fracciones de milésimas de segundos en la línea de la existencia de la vida. Ella  no nos está esperando en ninguna parte; nos está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que hemos de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento en que escribo y me leen, en nuestro respirar, en la circulación de nuestra sangre, en el latir de nuestro corazón. Cualquier cosa que seamos, es nuestra vida y si nos ponemos a buscar significados en otra parte, nos la perderemos.

Conozco a muchas personas que ya han dejado de vivir, aunque sigan trabajando, comiendo y realizando sus actividades sociales de siempre. Lo hacen todo de forma automática, sin comprender el momento mágico que cada día trae consigo, sin pararse a pensar en el milagro de la vida, sin entender que el próximo minuto puede ser su último momento en la faz de este planeta. Tal vez sea la muerte una de las cosas más importantes de la existencia humana, caminamos hacia ella, nunca sabemos cuando nos tocará y, por tanto, tenemos el deber de mirar a nuestro alrededor, agradecer cada minuto, agradecer también que nos haga pensar en la importancia de cada actitud que adoptamos o dejamos de adoptar. Y a partir de ahí, dejar lo que nos mantiene como muertos vivos y apostarlo todo, arriesgarlo todo, por las cosas que siempre soñamos con realizar.

Cada uno de nosotros debe ser capaz de levantarse de sus propios escombros emocionales, ya que el ángel de la muerte está, queramos o no, esperándonos.

-*escrito por Jazbell*-

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Canción cotidiana / Jazbell

19 domingo Ene 2014

Posted by camarero in un jazmín en el café

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amor, jazmín, pasión, ternura, vida

pareja-mar

…eres para siempre el pastor de mis ojos, la lumbre de mi casa,

el soplo vivo de mi arcilla.

Soy dueña más que nunca de la vida

y del cuerpo que disfruto cada noche,

de las manos que de un beso florecidas,

me señalan en el cielo el blanco broche.

Cada instante me conduce a la locura

de devorar ese lucero en mi camino,

y las veces en que vuelvo a la cordura,

me doy cuenta cuan inmenso es mi destino.

Cuantas veces he probado su belleza

en el brillo que le imprime a cada cosa,

y no hay nadie que supere su grandeza,

ni la magia que heredara de la Diosa.

Dulce vida que me diste lo pedido,

en tantas noches de tristeza y soledad,

no perderlo de la mano, eso te pido,

quiero darle para siempre felicidad.

-*escrito por Jazbell*-

Les dejo otro poema de Jazbell, hecho para mí y yo lo comparto con ustedes, hoy 19 de enero es su cumpleaños, para ella todo el amor y la luz ese día y los demás por venir.

 

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